Cómo serán las ciudades del futuro. La teoría de los 15 minutos.
Carlos Moreno, un reconocido académico y asesor urbano, ha propuesto una visión revolucionaria para el diseño de las ciudades del futuro: la ciudad de los 15 minutos.
En un mundo donde el crecimiento urbano y la congestión del tráfico son desafíos cada vez más apremiantes, visualizar las ciudades del futuro es imperativo.
Carlos Moreno, un colombiano nacido en Tunja, criado en Cali y parisino por adopción, está revolucionando el mundo con su teoría.
Profesor de la Universidad de La Sorbona y asesor de Anne Hidalgo, alcaldesa de París, Carlos ha dedicado su carrera a estudiar y abordar los desafíos urbanos.
La innovadora idea de ciudades del futuro se ha convertido en un enfoque de vanguardia para crear comunidades más sostenibles, accesibles y habitables.
Sin embargo, sus teorías despiertan las más diversas reacciones. Desde el interés y admiración por gobiernos locales hasta amenazas de muerte de los más radicales.
Las ciudades del futuro deben ser mucho más humanas.
En un entorno de cambio climático y postpandemia el desafío de planear las ciudades del futuro está más vigente que nunca.
El planteamiento de Moreno consiste en la construcción de ciudades descentralizadas, policéntricas y multiserviciales.
En otras palabras, nadie debería tomar más de 15 minutos, caminando o en bicicleta, para lograr satisfacer todas sus necesidades esenciales.
El sitio de estudio y trabajo, los centros de entretenimiento y ocio, comercios, supermercados, prestadores de servicios de salud y espacios verdes deben estar cerca de los hogares.
La humanización de las ciudades se basa en 3 conceptos clave. El primero es una ciudad que ofrezca un ritmo de vida más calmado (cronourbanismo).
En segundo lugar, la reutilización intensa de los espacios (cronotopía) y la apropiación de los lugares por parte de los ciudadanos (topofilia).
La ciudad de los 15 minutos es una iniciativa frente al cambio climático.
La meta global es neutralizar las emisiones de carbono para el año 2050. De no diseñar ciudades sanas con emisiones neutras la civilización humana estará en alto riesgo para fin de siglo.
Las ciudades per se son grandes productoras de CO2. Los automóviles contribuyen en gran medida por los desplazamientos largos.
La implementación de la Ciudad de los 15 minutos ofrece la posibilidad de minimizar esos desplazamientos.
Al reducir las distancias y promover la proximidad de servicios, se fomenta la movilidad a pie o en bicicleta.
Además, se mejora la calidad de vida al reducir los tiempos de desplazamiento, aumentar las interacciones sociales y promover una mayor autonomía y bienestar.
La pandemia cambió el paradigma del trabajo.
El Covid 19 nos mostró una manera distinta de trabajar. Las empresas se enfrentaron al desafío del teletrabajo y vieron sus beneficios.
Muchas empresas cambiaron el paradigma de que trabajar es sinónimo de ir 5 días a la semana a la oficina.
Buena parte de las oficinas hoy están cerradas y la mayoría de las empresas están implementando jornadas parciales, en donde se hace presencialidad 1 o 2 días a la semana.
Esto ha impulsado también el crecimiento de la economía digital. El cambio de paradigma nos ha mostrado que es posible hacer realidad la ciudad de los 15 minutos.
Este cambio también ha traído consigo una mejor calidad de vida. Las personas han comenzado a recuperar tiempo.
Y es que tristemente venimos acostumbrados a una rutina en donde lo que menos tenemos es tiempo.
Gastar 2 horas en un trancón para ir al trabajo y otras 2 para regresar a casa nos está robando el tiempo para la familia, el ocio, la vida social y la creatividad.
¿Qué desafíos enfrentan las ciudades del futuro?
La realidad es que los modelos actuales de ciudad no son sostenibles. La mayoría de las grandes ciudades están diseñadas para largos trayectos.
Las políticas de urbanismo priorizan el fortalecimiento de la infraestructura vial, lo que trae más carros y más desplazamientos.
Las ciudades se han convertido en lugares de producción y consumo masivos. En América Latina están experimentando una metropolización caótica.
Se especializan ciertos sectores de la economía en lugares muy precisos. Zonas industriales, zonas de comercio, zonas de colegios que no favorecen el concepto de una ciudad futurista.
Lamentablemente, y de acuerdo con palabras de Moreno, la demagogia y la corrupción muchas veces son las que determinan las políticas de urbanismo.
Para que una ciudad como la piensa Moreno se haga realidad es necesario repensar a las ciudades más allá de políticas y partidos.
Es fundamental desarrollar estrategias integrales que involucren a los ciudadanos, promuevan la participación comunitaria y generen colaboración entre los sectores público y privado.
Además, se requiere una inversión significativa en infraestructuras verdes, redes de transporte sostenibles y espacios públicos de calidad.
Algunas ciudades europeas ya están implementando esta teoría con éxito.
En los últimos años, varias ciudades alrededor del mundo han adoptado la visión de la Ciudad de los 15 minutos y están trabajando para hacerla realidad.
París, por ejemplo, ha anunciado planes para transformar su paisaje urbano. De hecho, Carlos Moreno es asesor de la alcaldesa Anne Hidalgo.
Allí se están creando barrios completos donde los residentes puedan tener acceso a todos los servicios necesarios dentro de un radio de 15 minutos a pie o en bicicleta.
Algunos países del norte de Europa han sido pioneros en implementar ciudades en donde se prioriza una “ecología urbana saludable”.
Las ciudades nórdicas tienen estrechamente relacionado el concepto de calidad de vida con el de proximidad.
En Estocolmo se ha establecido exitosamente la práctica de la “geografía del tiempo” en la planeación urbana.
En Copenhague existe el concepto de la ciudad de los 5 minutos y el uso de la bicicleta está muy bien establecido.
Igual pasa en Ámsterdam, Berlín y otras ciudades. Barcelona, Buenos Aires y Melbourne también están explorando la implementación de este concepto en diferentes escalas.
A medida que más ciudades se suman a esta visión, estamos presenciando una transformación en la forma en que vivimos, trabajamos y nos desplazamos en entornos urbanos.
La Ciudad de los 15 minutos tiene el potencial de crear comunidades más habitables, inclusivas y resilientes. Es un paso importante hacia un futuro urbano más sostenible.