El sector de la construcción es responsable del 37% de las emisiones de carbono.  la ONU invita a los gobiernos tomar medidas.

En un informe, recientemente publicado, la Organización de las Naciones Unidas ha solicitado una “revolución” para disminuir las emisiones de carbono en el sector de la construcción.

Para esto insta a todos los gobiernos a iniciar una cruzada para utilizar menos hormigón y más materias primas recicladas o de origen natural.

Para lograr un efecto significativo, el nivel de hormigón tendrá que disminuirse a la mitad entre los años 2020 y 2060. 

Sólo así se podrán reducir las emisiones de carbono a niveles que permitan reducir los efectos del cambio climático.

Esto se desprende de un informe presentado por la Universidad de Yale al programa de la ONU para el medio ambiente (PNUMA).

En su realización trabajaron cerca de 70 investigadores y arquitectos de todo el mundo.

Para los investigadores es claro que estos niveles de disminución deben obtenerse de forma gradual.

Con el hormigón restante se recomienda que este “circule”. Significa que provenga del reciclaje y la reutilización de materias primas y compuestos de cementos bajos en carbono.

En la actualidad los edificios son los principales causantes del 37% de las emisiones de carbono que están afectando el clima a nivel mundial.

Los investigadores también invitan a que se regrese al pasado en la forma en que se construía hasta la mitad del siglo pasado.

Los materiales para la construcción provenían de fuentes renovables, inorgánicas o biológicas, como la madera y la piedra. Así mismo, desechos de la agricultura, como la paja y el cáñamo.

Estos materiales se obtenían localmente, por lo que no requería transporte a otros lugares distantes

Sin embargo, de unas décadas a hoy, la mayoría de los materiales de construcción provienen de procesos de extracción no renovables o tóxicos.

El objetivo de las Naciones Unidas es lograr una reducción de las emisiones de carbono netas en un 45% para el 2030 con respecto a los niveles del 2010. Para el año 2050 su objetivo es alcanzar el «cero neto».