Las constructoras de vivienda han tenido que enfrentar un año desfavorable por el alza del dólar y la inestabilidad económica mundial. Sin embargo, los proyectos siguen adelante.

¡El año 2022 no ha sido fácil para las empresas constructoras de vivienda! El ambiente de incertidumbre económica, no solamente por lo que ocurre en Colombia, sino por los efectos que sobre la economía global han generado la situación entre Ucrania y Rusia y la posible recesión en Estados Unidos no se la han puesto fácil a los actores del sector.

Los constructores han visto cómo los precios de los materiales importados, principalmente el acero, ponen en riesgo la viabilidad de las obras iniciadas. Sin embargo, como lo cita un artículo recientemente publicado en el portal del diario El Tiempo, de acuerdo con un informe publicado por la Galería Inmobiliaria, “El segundo semestre traerá grandes retos para el sector edificador, y su desempeño dependerá de la capacidad de ajustar los presupuestos y la actividad a los cambios de la política de vivienda, el aumento en los costos y el crecimiento de las tasas de interés, así como a los efectos de la reforma tributaria…”

Representantes del gremio de constructores manifiestan que, a pesar de que el ambiente no es el más favorable, hay obras en marcha que no pueden detenerse por lo que parar no es una opción; sin importar lo que pase las obras deben continuar.

Esto lo confirma el Índice de Inversión Inmobiliaria que mide el aporte mensual de los constructores en pesos a la economía en el mercado de vivienda nueva y que para el mes de mayo creció un 21% frente al año pasado. La construcción se mantiene como uno de los dinamizadores principales de la economía colombiana, ya que genera cerca de 1,6 millones de empleos directos y 2,7 millones de empleos indirectos. No en vano los economistas consideran que la construcción es la piedra angular de la generación de riqueza en nuestra sociedad.