La noticia más importante del año es, sin duda, la importante alza del dólar el Colombia; si bien este incremento beneficia a algunos sectores, principalmente los exportadores, algunos rubros de la economía del país se ven drásticamente afectados por el aumento de su precio. Uno de ellos es la construcción.

CAMACOL, gremio que agrupa a los constructores del país, envió una carta recientemente a la ministra de vivienda a través de su directora, Sandra Forero, en la que advierte que los altos costos del acero, como consecuencia del alza del dólar, pone en riesgo la viabilidad de más de 250.000 proyectos, lo que afectará a igual número de familias.

Lamentablemente, bajo este escenario, proyectos en construcción cuyos precios de venta se pactaron meses atrás pueden requerir renegociaciones por parte de constructores y compradores. Otros insumos que dependen de la cotización de la divisa son bombas contra incendio, cemento, ascensores, etc. Aunque la mayoría de los constructores manifiestan que mantendrán los precios pactados con anterioridad con sus compradores, se da por descontado que los precios si variarán para los nuevos compradores.

Es irrefutable la afirmación de que vale más una construcción hecha con materiales de calidad que una hecha con materiales baratos y de mala calidad; cuando un contratista o un constructor anteponen el uso de materiales baratos por una supuesta eficiencia en costos, está generando una pérdida de valor del inmueble, que redundará en una afectación de su imagen como profesional, así como en un perjuicio económico a mediano y largo plazo para los dueños y habitantes de los proyectos.