El inestable entorno económico por el que atraviesa el país ha propiciado la cancelación del megaproyecto Arena del Río. Con esto Barranquilla pierde una oportunidad de oro para potenciar su economía.

El proyecto Arena del Río se perfilaba como la iniciativa más importante para el desarrollo económico, arquitectónico, turístico y cultural de Barranquilla.

Lamentablemente la situación macroeconómica del país, causada por la devaluación del peso colombiano, la inflación y las altas tasas de interés, llevaron a sus promotores a cancelarlo.

El proyecto fue presentado en noviembre de 2020 como el más ambicioso desarrollo arquitectónico multipropósito de la Costa Caribe colombiana.

En un predio de 31 hectáreas, situado en el malecón del río Magdalena, se planeó la construcción de una estructura de 336.934metros cuadrados. Los accesos estaban planeados por la Vía 40 y la Avenida del Río.

El Centro de Eventos Arena del Río era la construcción principal.Oofrecía un espacio con todas las comodidades y silletería tipo cinema para 53.000 asistentes.

Adicional a los 395 palcos ofrecidos como parte del escenario, el centro de eventos contaría con 3 auditorios con capacidad para 10.000 personas, casino, dos museos y un parque digital.

En la parte habitacional 100 apartamentos de lujo y un hotel con 500 habitaciones permitirían una integración urbanística y arquitectónica que llevaría a Barranquilla al nivel de las grandes capitales del mundo.

Las firmas Two Way Stadiums Inc y Umusic Hotels, encargadas de Arena del Río, anunciaron esta semana su cancelación.

La inviabilidad financiera bajo las condiciones actuales motivaron esta decisión.

Con un costo estimado de 407 millones de dólares, la decisión evita la creación de 9.040 empleos directos para la capital del atlántico. La expectativa era entregar la obra para finales del 2024.

Con esta decisión el dinero que invirtieron 550 inversionistas, depositado en la Fiduciaria Bancolombia, se devolverá con los rendimientos generados en las próximas semanas.

La pérdida de turistas y de nuevos empleos es la consecuencia que más resiente la ciudad de Barranquilla. El impulso económico que hubiera generado esta obra era de gran beneficio para la ciudad.