El retorno a la nueva forma de trabajo híbrida ha impulsado la ocupación de oficinas en Bogotá, impactada negativamente por la pandemia.

Tres años después de que la sombra de la pandemia oscureciera el mercado de oficinas en Bogotá, el escenario comenzó a transformarse.

 El mercado de oficinas, aquel que se tambaleó un par de años atrás, muestra indicios de renacimiento.

La necesidad de reconectarse con su entorno laboral ha comenzado a ejercer una positiva influencia en el retorno a una nueva realidad: el trabajo híbrido.

Esto ha despertado un nuevo interés en el arriendo de oficinas, con una buena cantidad de potenciales arrendatarios a la caza de espacios.

Sin embargo, las exigencias también han cambiado con el tiempo. Hoy son requisitos indispensables los espacios cómodos en lugares sustentables.

Hoy las oficinas tipo A tienen una ventaja sobre otros tipos de espacios. Si hay algo que cambió la pandemia fue nuestro entorno laboral.

En la actualidad las empresas buscan edificios con certificaciones de sostenibilidad, instalaciones cómodas, registro inteligente, eficiencia energética y espacios de esparcimiento.

Sin embargo, la ciudad enfrenta un nuevo desafío y es la falta de espacio para la construcción de megaproyectos de oficinas en Bogotá.

En la actualidad los requerimientos están por áreas entre 3.000 y 6.000 metros cuadrados, que no son fáciles de satisfacer.

Esto implica una invitación a que la gran cantidad de oficinas tipo B piensen en reinventarse. La adecuación a los estándares actuales y la actualización tecnológica y ambiental son el reto.

Sin embargo, los altos precios de los materiales de construcción hacen que por ahora sea una empresa de difícil desarrollo para muchos propietarios.

El precio promedio del arriendo de una oficina en Bogotá está alrededor de $74.000 por metro cuadrado. Sin embargo, en zonas como el Chicó, el Nogal y Andino pueden subir hasta $110.000.

Esta nueva dinámica ha colocado a Bogotá como la segunda ciudad latinoamericana, después de Santiago de Chile, con los índices más bajos de vacancia en oficinas.

Aunque todavía el panorama económico es incierto, hay visos de nuevos vientos que puedan atraer inversionistas para iniciar nuevos proyectos de oficinas tipo A para Bogotá.